Comentario
De cómo el gobernador envió a buscar la casa que estaba adelante
Otro día mandó el gobernador a una lengua que fuese con dos españoles y con dos indios (de la casa que decían que estaban adelante) para que supiesen de ellos si sabían el camino y el tiempo que se podía tardar en llegar a la primera tierra poblada, y que con mucha presteza le avisasen de todo lo que se informase, para que, sabido, se proveyese lo que más conviniese; y partidos, otro día mandó caminar la gente poco a poco por el mismo camino que llevaba la lengua y los otros. E yendo así caminando, al tercero día que partieron llegó al gobernador un indio que le enviaron, el cual le dio una carta de la lengua, por la cual le hacía saber cómo habían llegado a la casa de los dichos indios, y que habían hablado con el indio que sabía el camino de la tierra adentro; y decía que dende aquella casa hasta la primera población de adelante, que estaba cabe aquel cerro que llamaban Tapuaguazu, que es una pena alta, que subido en ella se paresce mucha tierra poblada; y que dende allí hasta llegar a Tapuaguazu habrá dieciséis jornadas de despoblados, y que era el camino muy trabajoso, por estar muy cerrado el camino de arboledas y yerbas muy altas y muy grandes malezas; y que el camino por donde habían ido después que del gobernador partieron, hasta llegar a la casa de este indio, estaba ansimismo tan cerrado y dificultoso, que en lo pasar habían llevado muy gran trabajo, y a gatas habían pasado la mayor parte del camino, y que el indio decía de él que era muy peor el camino que habían de pasar que el que habían traído hasta allí, y que ellos traerían consigo el indio para que el gobernador se informase de él; y vista esta carta, partió para do el indio venía, y halló los caminos tan espesos y montuosos, de tan grandes arboledas y malezas, que lo que iban cortando no podían cortar en todo un día tanto camino como un tiro de ballesta; y porque a esta sazón vino muy grande agua, y por que la gente y municiones no se le mojasen y perdiesen, hizo retirar la gente para los ranchos que habían dejado a la mañana, en los cuales había reparos de chozas.